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¡Ánimo, No Dudéis! - Prédica

Lectura: Mateo 14:22-33

Pastora Belkis Fernández


Era una travesía en medio del mar, y la barca azotada por las olas y viento contrario. Los discípulos se turbaron al ver a Jesús caminar por el mar. Ellos no identificaron a Jesús, sino a un fantasma.

Los discípulos decían, “un fantasma”, el Señor le responde, ánimo, no tengan miedo. Pedro, quería probar si era cierto y le dijo, Señor, si eres tú, manda a que yo vaya sobre las aguas.


Jesús les dijo tengan ánimo, Yo soy”, no temas. Yo soy, tranquilo. Jesús, primeramente, no le reprochó acerca de su incredulidad, de su osadía, sino que afirmó a Pedro y le dijo “Ven”. Pedro salió de la barca, caminó sobre las aguas, pero mientras iba caminando, vio el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse, dio voces diciendo ¡Señor! ¡Sálvame ¡


A veces llegan las dudas y cuando enfrentamos el problema solo vemos el fantasma, los vientos y la negatividad y no a Jesús. ¿Qué pasa cuando evaluamos después de la solución?

Todos los que estaban en la barca, adoraron a Jesús y reconocieron que verdaderamente es el Hijo de Dios, pero después de ver el milagro. La fe es una convicción de que todo va a estar bien, sin tener todos los recursos a tu vista.


Tres preguntas que pueden ayudar a tener un mejor entendimiento:

  1. ¿Por qué a Jesús les preocupó la duda? Mateo 6:30-33

  2. ¿Por qué el desánimo puede detener las oraciones? Santiago 1:6

  3. ¿Llegaron a su destino en la barca?

La duda te lleva a enfocarte en el problema; y no en la solución. Los discípulos vieron un fantasma y se llenaron de miedo. Ellos se concentraron en el viento, las olas y lo que podían ver con sus ojos. La fe crea un ambiente de confianza. La fe en griego se escribe “pistis” que es convicción, creencia, persuasión, dependencia. (Strong #4102). Cuando dudamos podemos perder nuestro destino final.


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