Lectura: Éxodo 20:8-11 Pastor Pedro Julio Fernández Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó (Éxodo 20:8-11). Este es el cuarto de los diez mandamientos y beneficia directamente a quien lo obedece y lo practica. Dios hizo la semana de siete días y le dio al hombre seis días para que haga todas sus cosas laborales y para que no se olvide le dijo acuérdate del día de reposo para apartarlo para Dios y no trabajar. Note que este mandamiento no está en forma de NO, sino en forma de AGENDA para que hagas previsión en seis días laborables y descanse en uno. La referencia para tal mandamiento es que Dios mismo quien no se cansa de nada porque es OMNIPOTENTE, hizo toda la creación en seis días y descansó el séptimo, es decir, no hizo nada (Génesis 2:1-3). La obediencia a Dios de no trabajar toda la semana nos lleva a otro descanso, del cual se nos dice que: procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia (Hebreos 4:11). No descansar un día es un acto de desobediencia que tiene consecuencias inmediatas en las facturas que el cuerpo pasa. Matarse por trabajar no es saludable para el cuerpo el cual necesita el descanso para reponer energías. Por demás es que os levantéis de madrugada y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores, pues que a su amado dará Dios el sueño (Salmos 127:2 y Eclesiastés 8:16). Gráficamente el predicador en el libro de Eclesiastés habla de un hombre que no tiene familia y no se cansa de trabajar en un afán desmedido por obtener dinero. Eso es defraudar su vida haciéndose un daño innecesario (Eclesiastés 4:8). He aquí algunos pasajes bíblicos que hablan de no ser religiosos en la observación de un día específico y de cómo la iglesia cristiana cuyos primeros integrantes eran judíos, comenzaron a observar el primer día de la semana (domingo) en vez del séptimo día (sábado): Colosenses 2:16-17 (evitar juicio entre día y día) Gálatas 4:9-10 (Pablo reprende lo religioso) Romanos 14:5-7 (diferencia entre día y día) Juan 20:1 y 19 (Jesús se levantó el domingo) Hechos 21:25 (no se habló del sábado) Hechos 20:7 (domingo de reunión) 1 Corintios 16:2 (domingo de reunión)