Lectura: II Crónicas 15:1-7
Pastor Pedro Julio Fernández
La palabra de Dios vino después de la victoria sobre los enemigos porque el pueblo clamó a Dios pidiendo ayuda.
Mas de un millón de enemigos se levantaron contra Asa y el pueblo de Israel y el rey pidió ayuda a Dios diciendo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra esa gran muchedumbre. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre 2 Crónicas 14:11).
Después de la victoria, Dios envió al profeta Azarías para que le diga al rey y a todo el pueblo lo que debían hacer si querían seguir en victoria (2 Crónicas 15:1-7)
Acción tomada por el rey Asa (2 Crónicas 15:8-15):
Quitar los ídolos (v.8a)
Reparar el altar de Dios (v.8b)
Ofrecer sacrificios (v.11)
Hacer compromiso de buscar de Dios siempre (v.12)
¿Y nosotros, qué debemos hacer en este tiempo?
Así que, amados, puesto que tenemos estas promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios (2 Corintios 7:1).
¿De cuáles promesas nos habla el apóstol Pablo? Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os acogeré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis por hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso (2 Corintios 6:16-18).