Lectura: Gálatas 6:1-5
Pastora Belkis Fernández
Dios a través de Pablo nos manda a ayudarnos mutuamente. Todavía estamos en este cuerpo aunque estemos redimidos, y no somos inmunes a cometer errores. Las faltas que cometemos debemos trabajarlas con las personas que espiritualmente estén dispuestas a ayudarnos a llevar las cargas, a acompañarnos con nuestras obligaciones con mansedumbre y paciencia. Cuando hay que pedir ayuda, hay que hacerlo, pero con las personas que te han instruido.
Llevamos las cargas juntos, cuando:
Corregimos con mansedumbre
Ayudamos con palabras y hechos
Soportamos las debilidades de otros
Compartimos y somos agradecidos con quien nos instruye en toda cosa buena
La palabra griega “restauradle” (Katarizo), se utilizaba en el lenguaje corriente para designar la acción de componer huesos rotos, y en Mateo 4:21 para arreglar redes. (Comentario de la Biblia Plenitud, p.1535). El enemigo buscará la manera de cegarnos para no ayudar a una persona sorprendida en una falta. Hay personas que se alarman cuando un cristiano falla, pero lo mejor es restaurar, es decir, enyesar ese hueso roto.
El amor al prójimo y mayormente a los de la familia de la fe; es la prueba de nuestro amor a Dios, sin descuidar nuestras propias cargas, ayudemos a otros a lidiar con sus luchas y dificultades. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. (Gálatas 6:9)
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