Lectura: Lucas 7:11-17
Pastora Belkis Fernández
Las palabras de Jesús emanan poder curativo, liberador y levanta muertos. Jesús observó el dolor y la tragedia de la viuda de Naín y se compadeció al ver sus lágrimas. Los que llevaban el féretro se detuvieron y de inmediato Jesús hizo el milagro de resucitarlo. Jesús le dijo al hijo de la viuda, “Joven, levántate”.
¿Qué enseñanza podemos extraer de este pasaje?
1. Jesús se arriesgó al tocar el féretro y le habló al joven. Lucas 7:14.
2. “No llores”, le dijo a la madre del joven. Deja la pena, deja la tristeza. No te lamentes. Lucas 7:13.
3. El que había muerto se incorporó a su casa y a su comunidad. Lucas 7:15
Jesús observó la impotencia de esta madre, sin su único hijo y sin esposo y le devolvió la tranquilidad, retornándoselo vivo. Jesús tiene un bálsamo especial para aliviar el sufrimiento humano. La intervención de Cristo amerita una detención, los que llevaban el féretro se detuvieron, para dar paso al milagro de Cristo.
En conclusión, no des por muerto a un familiar, a un amigo o conocido. Invítale a conocer a Jesús y el hará cambiar la ruta y abrirá las puertas para que se incorpore a su rutina, pero con un nuevo proyecto, el de servir a su Reino.
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