Lectura: Amós 5:6-9
Pastor Pedro Julio Fernández
Amós era un campesino de Tecoa que mientras estaba en pastoreando ovejas, Dios lo llamó para que sea profeta. El mismo testificó diciendo: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que cuido ganado, y recojo higos silvestres. Es decir, ni yo ni mis padres somos profetas.
Un profeta con lenguaje campesino nos recomienda con sabiduría no ir para buscar ayuda en Bethel, Gilgal o Beerseba, sino acudir al Señor para obtener salvación.
¿Quién es Dios según este campesino?
El que hizo las Pléyades y el Orión (Amós contempla las estrellas)
El que cambia las densas tinieblas en aurora, y hace oscurecer el día en noche (Ve el cambio de noche a día y de día a noche, algo espectacular)
El que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra (Amós entiende que las aguas evaporadas del mar caen como lluvia sobre la tierra)
Él es quien desencadena destrucción sobre el fuerte, y hace que la ruina venga sobre la fortaleza. (Ve a los fuertes caer)
¡Jehová es su nombre!
Eliú en Job 32 al 37 exalta el maravilloso poder de Dios. Eliú resalta que Dios con su poder guía la naturaleza y ante los cambios de los tiempos le sacamos el mejor de los provechos sea primavera, verano, otoño e invierno ajustándonos a ellos. Así mismo le sacamos provecho al cambio de nuestras vidas.
En Job 38 se describe el poderío de Dios haciendo la creación de todas las cosas y estableciendo leyes naturales para su sostenimiento.
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