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Sabiduría para Cerrar Puertas al Maligno - Prédica

Lectura: Marcos 1:23-28

Predicadora Pastora Belkis Fernández D.Min.


La sabiduría de Jesús hay que imitarla. Este hombre que narra Marcos estaba muy mal, pero Jesús reprendió el espíritu maligno que le atormentaba. Jesús le dijo, cállate. En otras palabras, no me interesa escucharte, ni tener un diálogo acerca de las desgracias que tienes este hombre. ¿Qué hubiese pasado si Eva no se pone a hablar con la serpiente?


El negativismo, las obras de las tinieblas, lo oculto, las mentiras y las obras de la carne, tal como la contienda, los celos, la envidia, los vicios y la amargura, entre otros males, no puede el creyente hacer un nido de esas cosas.


Los demonios saben quién es Jesús y que tiene la autoridad para destruirlos. ¿Por qué te entrometes o te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres: ¡el Santo de Dios! Esa es una verdad, la cual Jesús no le respondió.


Cuantos engañadores confunden a muchos, utilizando el Nombre de Jesús y empleando al inicio una media verdad y luego no pueden salir de las mentiras. Los llevan a ellos y no a Jesús. El Señor reprendió al demonio y de inmediato le dijo: ¡Cállate! No me interesa tener un diálogo contigo.


Cuando Pablo y Silas predicaban en Filipos una adivina que predecía dijo la verdad. Ella decía estos son siervos del Dios Altísimo y anuncian el camino de Salvación. El ego de Pablo y Silas no se subió y era por varios días que ella divulgaba el impacto de Pablo y Silas. ¿Qué actitud tenía Pablo? A él le desagradó esa promoción hacia él.


Las noticias acerca de Jesús corrieron velozmente por toda la provincia alrededor de Galilea. ¿Damos a conocer a Jesús cuando somos sanados, o cuando nuestra casa es liberada? No des lugar al diablo, corta de raíz y lleva tus problemas a Jesús, él sabe dar el diagnóstico correcto y también tiene la solución. La liberación de una persona, una familia y en cualquier esfera te lleva a promover al único nombre que es sobre todo Nombre, el Nombre de Jesús.


¿Qué le disgusta a satanás? ¿Por qué nos interfiere dicen los demonios? ¿Por qué las enseñanzas de Jesús eran con autoridad? Jesús no necesitaba que la verdad salga de la boca de un demonio, ni le interesaba porque conocía sus mentiras.


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