Lectura: Juan 4:46-53
Pastora Belkis Fernández
Últimamente la palabra virtual es una de las más empleadas en el vocabulario o jerga cotidiana. Jesús hizo un gran milagro virtual en Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Desde Capernaum aproximadamente 25 kilómetros de distancia, vino a buscar a Jesús un diplomático, el cual tenía su hijo muy enfermo y al borde de la muerte. Jesús no fue a la casa, sino que le dijo lo que tenía que hacer, el creyó y el milagro ocurrió. ¿Qué pudo haber dicho este mandatario?
Veamos el dialogo
El mandatario: Te ruego que vengas a mi casa, mi hijo muere.
Jesús: ¿Vienes por mi o buscando señales y maravillas?
El mandatario: Ven ahora, porque mi hijo se está muriendo.
Jesús: Vuelve a tu casa, tu hijo vivirá.
El mandatario: Preguntó a los sirvientes, ¿A qué hora comenzó a sanar? Ayer a la una de la tarde, ¡la fiebre de pronto se le fue!
Desafíos que deben enfrentar el creyente al buscar el favor de Dios:
Deja la incredulidad. El caso de Tomás. Juan 20:25 y vers.29
Sincroniza con el Espíritu Santo, de lo contrario terminará frustrado y enojado. Jonás 4:1.
Abandona el orgullo, comparaciones y la falta de humildad. Naamán. 2 Reyes 5:11-14.
La decisión del padre de familia marcó la diferencia, fue a buscar a Jesús, se humilló y creyó. Se sometió a proceder a la manera de Cristo. Su familia decidió creer en Jesús, porque vieron la veracidad del Señor, ya que le dijo: “Vuelve a casa, tu hijo vivirá”. Créele y acepta el método de Cristo. ¡Un incrédulo que creyó!
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