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La Herencia de los Vencedores

Lectura: Apocalipsis 21:7-8

Pastor Pedro Julio Fernández

El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes, incrédulos abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Dos rutas diferentes para los que vencen en Cristo y para los que son derrotados por el pecado. Los primeros van a heredar todo lo relativo a la Nueva Jerusalén con sus bendiciones y con vida plena. Que Dios sea nuestro Padre y nosotros sus hijos es la más grande de todas las herencias.

Los otros que pudieron hacer, pero que no quisieron santificarse y tener como fruto la vida eterna, irán a un lugar de tormento eterno.

En el mismo libro de Apocalipsis se narran muchas bendiciones que serán heredadas por los que vencen:

1-El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios. 2:7

2-El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda.2:11

3-Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe. 2:17

4-Y al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, LE DARE AUTORIDAD SOBRE LAS NACIONES; Y LAS REGIRA CON VARA DE HIERRO, COMO LOS VASOS DEL ALFARERO SON HECHOS PEDAZOS, como yo también he recibido autoridad de mi Padre; y le daré el lucero de la mañana. 2:26-28

5-Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. 3:5

6-Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo. 3:12

7-Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. 3:21.

Pon de tu parte, apártate para siempre de lo que no es bueno, busca la justicia y síguela. En Eclesiastés 8:12, Salomón dijo…yo sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia.

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