Lectura: Marcos 5:1-5 & Marcos 9:17-20
Pastora Belkis Fernández
La Escritura hoy trae un mensaje de esperanza para aquellos que están siendo atormentados y que en sus mentes presentan crisis porque algo no anda bien. En estos dos ejemplos, Jesús sana la mente de un hombre y en otra circunstancia sana la mente deteriorada de un jovencito.
En Marcos 5 narra la tragedia de un hombre poseído por espíritus maligno, que vivía en el cementerio y que nadie lo podía dominar. Él se hacía daño y rompía cadenas. El Señor le dijo, “Sal de este hombre, espíritu maligno.” En Marcos 9:17-20, vemos a un jovencito poseído por un espíritu malo que lo atormentaba, crujiendo los dientes, echando espumarajos y usando la violencia.
Similitudes entre el hombre y el jovencito:
Ambos estaban siendo atormentados.
Ambos tenían manifestaciones físicas.
En ambos casos los demonios no querían salir
Diferencias entre el hombre y el jovencito:
El hombre poseído por muchos demonios y el jovencito por un espíritu de mudez
El hombre directamente vino a Jesús, mientras que el jovencito a través de su padre
La sanidad del hombre provocó un rechazo hacia Jesús, mientras que la sanidad del jovencito se manifestó la falta de fe de los discípulos del Señor.
Jesús valora al ser humano, más que la vida material. Quería darle una lección a la comunidad de apreciar más una vida que las ganancias materiales. En el caso del joven, Jesús aprecia la sinceridad del padre y quería darles la lección a los discípulos de apelar a la fe en casos difíciles. Cada creyente debería de ser portador de Jesús y fomentar entre los padres, buscar ayuda espiritual. ¿Por cuál diagnóstico clamó Jesús al Padre? Marcos 9:17 y 25.
