Lectura: Génesis 1:26-28
Pastora Belkis Fernández
La familia orgánica se encuentra en una fase de extinción. El lenguaje que utiliza el Creador es inclusivo. Dice: “hagamos al hombre a nuestra imagen.” Desde la creación misma se observa el trabajo en equipo del Padre, Hijo y del Espíritu Santo. La Trinidad creó al hombre a su imagen, varón y hembra los creó. Dios no creó los peces, las aves ni ninguna otra criatura a su semejanza, solo al hombre y a la mujer. La desgracia viene cuando se pierde el fundamento del origen de la familia.
La palabra Adam “hombre” se refiere a la raza humana. Después del pecado salió lo que había en el corazón de la humanidad, odio, violencia, competencia, acusación, muerte y división; trayendo consecuencias funestas para la misma familia. Jesús vino a restaurar a la humanidad de su caída. Dios quiso un ambiente de felicidad entre ese hombre y esa mujer que formaron la primera familia. Les dio una naturaleza hermosa para que disfrutaran de todo lo creado.
¿Cuáles principios de familia nos enseña Dios a través de la Creación?
Reciprocidad entre el hombre y la mujer. No unilateral ni señorío
Administrar la Creación en equipo. Gen. 1:26
Unidad. Dos personas se convierten en “una sola persona”. Gen.2:24
La familia bendecida a través de la procreación. Gen.1:28
Dios bendijo a todas las familias de la tierra, pero a través de un pacto recíproco. Solo se enfatiza en el padre Abraham, padre de muchedumbre, pero la Escritura también le dice a su esposa Sara, “madre de muchedumbre”. Gen.17:15-16.
La cabeza necesita un corazón y el corazón necesita una cabeza y ambos se complementan. Edifiquemos hogares sobre la roca, que es Jesús con los mismos valores de reciprocidad y unidad y no de poder y competencia.
