Lectura: Hechos 3:1-6
Pastora Belkis Fernández
En el poderoso nombre de Jesús un paralitico pobre recibió sanidad. El paralítico acostumbraba a pedir limosna a la puerta la Hermosa del templo de Jerusalén. Los judíos iban a orar dos veces al día, a las nueve de la mañana y a las tres de la tarde. Pedro y Juan iban al templo a la oración de las tres de la tarde. Este hombre limosnero estaba ahí, esperando que le dieran un poco de plata, pero gran sorpresa recibió y es el milagro de sanidad.
La sanación del paralitico nos enseña lo siguiente
La importancia del culto de adoración. (tiempo, espacio, creyentes). Hechos.3:1
La riqueza en la pobreza. Míranos. “Yo también soy pobre”. Hechos 3:4-5.
Se da lo que se tiene. Hechos 3:6.
El paralitico comenzó a caminar y pudo entrar al templo saltando y alabando al Señor. Pedro tuvo que aclarar que el poder de sanidad no radicaba en ellos. Anunció el evangelio de Jesucristo, habló de su vida, muerte y resurrección. Hizo hincapié en Jesús y no olvidar el daño que le hicieron a un inocente.
Hay poder cuando invocamos el nombre de Jesús. El perfil de la gente de ese tiempo, similar al de la gente de hoy. La falta de conocimiento de Dios y de Jesús como el Mesías, les hacía creer que el poder residía en el instrumento. Pedro les afirmó que el poder es en Jesús y no ellos.
