Lectura: Efesios 3:14-21
Pastora Belkis Fernández
Dios nos ha creado para su gloria, alguien dijo que somos el poema de Dios, su obra de arte. El apóstol Pablo, invoca al Padre de rodillas y reconoce la paternidad de Jesucristo y la paternidad de toda la familia en el cielo y en la tierra.
Pablo ora al Padre, para que a través de su Espíritu recibamos fortaleza y para que resida Cristo por medio de la fe. Esta oración nos muestra elementos doctrinales de la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Su unidad y trabajo en equipo son un ejemplo para la iglesia.
La gloria es para Dios que a través Jesucristo se puede entender las medidas de anchura, de longitud, profundidad y altura y esta oferta se recibe mediante su amor.
“Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Efesios 3:17-20.
¿Qué debemos recordar? Que este mensaje es para la iglesia y su intención es de ser llenos del Espíritu de Cristo. La iglesia es responsable de ministrar los recursos del cielo.
¿Qué debemos de recordar?
Que a Dios sea la gloria por todas las edades. Efesios 3:21
Que todo lo que hagamos es para su gloria. Colosenses 3:17
Que la iglesia, es el campo de acceso ilimitado. Efesios 3:10-12
¿Cuáles dimensiones estamos comprendiendo en nuestra oración? ¿Qué anchura, acceso, hasta dónde puede llegar el amor ilimitado de Jesús?
A Dios sea toda la alabanza, a Dios sea todo esplendor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
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