Pentecostés: Inclusividad para Todos - Predica
- tefyveg
- 8 jun
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Lectura: Hechos 2:4
Pastora Belkis Fernández, D.Min.
Pentecostés es una fiesta de alegría y de inclusividad, donde todos los extractos sociales asistían a esa fiesta. Deuteronomio 16:9-12 RV60 dice:
Cuenta siete semanas a partir del momento en que comiences a cortar el grano al inicio de la cosecha. Luego celebra el Festival de la Cosecha[b] en honor al SEÑOR tu Dios. Llévale una ofrenda voluntaria en proporción a las bendiciones que hayas recibido de él. Será un tiempo de celebración delante del SEÑOR tu Dios en el lugar de adoración que él designe para que su nombre sea honrado. Celebra con tus hijos e hijas, con tus siervos y siervas, con los levitas que vivan en tus ciudades, con los extranjeros, y con los huérfanos y las viudas que vivan en medio de ti. Recuerda que tú también una vez fuiste esclavo en Egipto, así que asegúrate de obedecer todos estos decretos.
1-Se contaban siete semanas después de la pascua. 50 días para recoger la cosecha.
2-La ofrenda de agradecimiento será del tamaño que la persona quiera según Dios lo haya bendecido.
3-Será un tiempo de celebración, de gozo, de alegría de compartir en unidad con todos. Hijos, e hijas, siervos, huérfanos, viudas, lideres espirituales, extranjeros.
4-Es un memorial que nos hará recordar que fuimos esclavos en el mundo [Egipto]. Ahora estamos contentos porque somos libres y dependientes de Dios quien nos corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
Nosotros tenemos tres episodios que apuntan a la coherencia de este mandato y la inclusividad de todos los presentes. En Joel 2, Dios profetiza de la fiesta de Pentecostés en el derramamiento del Espíritu Santo sobre hijos e hijas, ancianos, jóvenes y sobre los sirvientes, hombres y mujeres por igual.
En Hechos 2 se relata que 120 personas fueron llenas del Espíritu Santo, en una composición de hombres, mujeres y lideres espirituales. En Hechos 10, se repite de nuevo en la casa de CORNELIO, donde se reunieron familias, amigos, soldados, etc. y todos fueron llenos del Espíritu Santo.
La fiesta de pentecostés era una fiesta de alegría y agradecimiento. Esta fiesta era inclusiva donde las familias completas participaban sin separar mujeres de hombres o hijos de los adultos. Los esclavos, extranjeros, huérfanos, viudas y lideres espirituales debían unirse en esta gran celebración. La fiesta de pentecostés borraba las diferencias sociales al presentarse a Dios en adoración. Nadie era excluido y todos podían ofrendar de corazón fuera poco, fuera mucho. La cantidad de la ofrenda era dejada a consideración de la persona, según Dios lo había bendecido.
La promesa de Dios se cumplió en la fiesta judía de pentecostés, es decir, cincuenta días después de la celebración de la fiesta de la pascua y diez días después de la ascensión de Jesús. Todos los creyentes al convertirse a Jesús son bautizados con el Espíritu Santo.
El bautismo del Espíritu Santo es la afirmación, confirmación y práctica del nuevo nacimiento. Todos los creyentes al convertirse a Jesús son bautizados con el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo se reveló en las lenguas nativas de todas las naciones que estaban presentes. Esto fue una señal de inclusión para todas las naciones como se profetizó en Joel 2:28-32. Al principio hubo asombro en unos y confusión en otros porque se les oía hablar en su propia lengua, pero luego el apóstol Pedro en su primer sermón aclaró que esa experiencia fue el cumplimiento de las palabras de Cristo. Hoy recordamos, celebramos y compartimos la alegría de tener al Espíritu.
En Hechos 1 y 2 se enfatiza en que estaban juntos y unánimes. La unidad es un indicador que la iglesia es el cuerpo de Cristo y el Señor es la cabeza de la iglesia. La iglesia se reúne para adorar y glorificar el nombre de Cristo y lo hace a través de una vida de obediencia en su Palabra.
Si hay que andar y vivir por el Espíritu, ¿Qué nos aconseja la Biblia con respecto a nuestra relación con el Espíritu Santo? Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención (Ef. 4:30).
El Espíritu Santo es la única vía para ascender al cielo a encontrarnos con Jesús en las nubes y así estar siempre con él. Está prohibido para nosotros predicar con fábulas artificiosas o con testimonios inventados o hacer de la predicación una prédica de rumores y no de fundamento bíblico.

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