Lectura: 1 Crónicas 7:22-23
Pastor Pedro Julio Fernández
Efraín había recibido una bendición especial de parte de Dios a través de su padre José cuando nació lo llamó así por ser una especie de redentor de la desgracia o aflicción (Génesis 41:52). También de su abuelo Jacob (Génesis 48:16-20).
Ya un hombre Efraín formó una familia de nueves hijos y estaba asentando en la tierra que fue heredad de su padre. Dos de sus hijos fueron a robar ganado y en su intento fueron asesinados. Esto trajo mucho dolor y tristeza por el comportamiento de sus hijos que se apartaron de los valores de familia e hicieron un intento de robo (Proverbios 10:1-2).
Efraín, hizo duelo por ellos durante mucho tiempo, y sus parientes fueron a consolarlo (¿Cuáles serían las palabras de consuelo?).
Tiempo después comenzó a recomponerse esa familia, Efraín tuvo otro hijo con su esposa, y por la desgracia que había sufrido su familia, le puso por nombre Bería, que significa «desgracia, calamidad o aflicción” esperando que eso no se olvidara para no repetirlo. Bería tuvo una hija llamada Seera, quien fue una mujer tan emprendedora que construyó las ciudades de Bet-horón de abajo, Bet-horón de arriba y Uzen-seera (3 ciudades).
La familia de Efraín estuvo en calamidad, pero se recompuso porque las promesas de Dios se cumplen plenamente. Siembra valores del reino de Dios en tu familia, que pase lo que pase cosecharás de lo sembrado.
