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Lejos de Dios - Sermón

Lectura: Jonás 1:1-3

Pastora Belkis Fernández

Jonás escapó lejos de Dios y tomó la dirección contraria, en vez de irse a Asiria, un pueblo malo, salió para Tarsis (posiblemente para España). Una tormenta atacó la embarcación; echaron suerte y la culpa cayó sobre Jonás, quien estaba muy dormido.

Jonás confesó y le dijo yo soy el culpable. Lo echaron al mar, la tormenta cesó y un gran pez se lo tragó. Jonás dentro del pez oró y Dios mandó al pez para que lo vomitara en tierra.

Después de su rebelión, va a Nínive y da el mensaje que en cuarenta días la ciudad será destruida. Ellos se arrepintieron y proclamaron ayuno desde el mayor hasta el menor, hombres y animales ayunaron. Dios no le envió el mal porque se arrepintieron.

Hay personas con el perfil de Jonás que no perdonan su ira y resentimiento contra alguien y andan huyendo y donde llegan se quejan por todo y se convierten en tormentas y torrenciales para los que están a su alrededor.

“Los Jonás” echan a perder al grupo y se enojan si Dios decide cambiar el corazón del que se arrepiente. Jonás se enojó porque Dios perdonó a los ninivitas y por tonterías, porque Dios permitió que el árbol que le daba sombra se secara. Jonás priorizó las cosas, antes que la gente y Dios se sorprendió.

Si busca tu voluntad te vas a meter en problemas con Dios por tu rebeldía. Hazte las siguientes preguntas, ¿Tiene Dios que acorralarme para que entienda? ¿Huyes tú de la presencia de Dios? ¿Cómo reacciona ante la voluntad de Dios? ¿Cuál es tu Nínive? ¿Estás dispuesto a ser pregonero de las buenas nuevas de salvación a gente mala?

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