Lectura: Marcos 8:13-21
Pastor Pedro Julio Fernández
Los ojos son para ver, los oídos son para oír y la mente, entre otras cosas, es para recordar. La escena que menciona Marcos 8 acerca de la discusión de los apóstoles porque no trajeron pan para comer entre ellos, demostró su gran debilidad en creer a tiempo y su carencia para recordar los valores espirituales. Sus ojos vieron dos veces los milagros de la multiplicación de panes y peces, sus oídos oyeron la exclamación de la gente, ¿y su mente no podía recordar esto?
El cuidado que Jesús quería que tuvieran era el de la hipocresía de los hombres, no el que hayan olvidado traer pan para todos. Si el problema era un pan para trece personas, ellos tenían más que los cinco panes para cinco mil personas y más que siete panes para cuatro mil y Jesús podía de nuevo hacer otro milagro. Estas personas no estaban prestando atención a las cosas espirituales, sino a las materiales y Jesús con varias preguntas les reprocha su incredulidad, dureza de corazón y les recuerda su capacidad de proveerles todo lo que les haga falta.
Nosotros debemos prestar atención a las cosas que edifican, que trascienden lo material, como la práctica de la piedad. Nuestras mentes deben abrirse al sentir del Espíritu de Dios. Debemos meditar en lo que Dios hace para edificar una sólida creencia en Dios y vivir vidas reales, diáfanas y transparentes libres de hipocresías.