Lectura: Deuteronomio 6:4-9
Pastora Belkis Fernández
Oír y obedecer son palabras repetitivas en Deuteronomio. Oye que Jehová nuestro Dios Uno es. Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, son Uno. El ser humano es uno, aunque tenga un cuerpo, alma y espíritu. Oír y obedecer es un mandato bíblico cuando es por amor y se beneficia el que lo practica.
Moises aconseja que oiga y obedezca su Palabra, por amor a Dios. El mensaje es amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Amar a Dios no puede ser un amor barato ni como el camaleón, según las circunstancias.
Agotamos muchas veces más tiempo, empleando los ojos y las manos que el prestar atención y escuchar. El escuchar esta en extinción y esto nos conduce más y más hacia una vida vacía e insatisfecha. Los ojos pueden conducirnos a la lujuria y a la vanidad de la vida. Emplear el método repetitivo, escuchar, leer y mucho menos meditar está en peligro.
Hay que ser genuinos maestros del amor de Dios, hay recompensa para el hijo que obedece a su padre biológico, para el trabajador que escucha el consejo apropiado, para el estudiante que presta atención, para la congregación que anuncia el mensaje de amor y esperanza. Escucha, Ama y enseña la Escritura diligentemente, no solo en un púlpito o buscando tus intereses sino con un estilo de vida Cristo céntrico. Enseña con tu ejemplo, enseña a repetir, a memorizar y a vivir como Jesús vivió.