Lectura: Lucas 4:13
Pastora Belkis Fernández
Cristo orando, ayunando y lleno del Espíritu Santo fue tentando. La Escritura dice que el diablo lo atacó y se fue para volver en un momento más oportuno para él. ¿Qué será de un creyente que no ora constantemente? Satanás vuelve a provocar y a presentarse como una opción. Hay que tener mucho cuidado.
El diablo regresó para tentar a Jesús en la persona de uno de sus apóstoles. Dice Juan 13:27 que cuando Judas comió el pan, Satanás entró en su corazón y este hombre hizo lo que ya tenía programado hacer. Judas no estaba en guardia y al igual que Acán (Jueces 7). La avaricia terminó dominando su corazón y entregó a una persona inocente. Jesús oraba para no caer en tentación y porque sabía que el adversario iba a regresar.
Hebreos 5:7 dice que Jesús en los días de su humanidad ofreció oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Pablo en Efesios 4, nos manda a vivir vidas nuevas y renovadas y a no darle lugar al diablo.
Jesús fue rechazado en su vecindad, se burlaban de él y decían que tenía demonios. El conocía el corazón de ellos, en ocasiones le hacían preguntas capciosas para tentarle, pero la forma de responder lo dejaba atónitos. A pesar del rechazo sufrido, las burlas y golpes, en ningún momento le dio lugar al diablo. Cuando se acercaba su muerte, Jesús les dio ejemplo a sus seguidores de orar para no caer en tentaciones. (Lucas 22:46). Hoy tu vences al diablo, pero luego vuelve.