Lectura: Marcos 13:33-37
Pastor Pedro Julio Fernández
Porque no sabéis cuándo es el tiempo señalado. Es como un hombre que se fue de viaje, y al salir de su casa dejó a sus siervos encargados, asignándole a cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta. Por tanto, velad, porque no sabéis cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga de repente y os halle dormidos. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!
Este es un mensaje de advertencia para el bienestar de nuestras vidas. Las advertencias de Dios no son malas, sino buenas (Hebreos 10:26-31). Las advertencias de las autoridades que nos gobiernan no son malas, son buenas. Cuando hay peligro en el camino o en otro lugar es bueno saberlo para esquivarlo.
En esta pequeña narración de Jesús él usa la figura del hombre hacendado que se va de viaje y asigna tareas a cada uno de sus trabajadores y le encomienda al portero que esté en alerta porque no sabe a qué hora del día o de la noche va a regresar. Finalmente les dijo a todos: ¡Velad!
Jesús es el Señor de la casa, nosotros somos sus siervos, antes de irse al cielo nos mandó a predicar el evangelio como nuestra tarea (2 Timoteo 4:2). Nos dio el Espíritu Santo para que tengamos poder de hacer lo que nos mandó (Hechos 1:8). También nos mandó a estar alerta y ver las señales que anticipan su regreso (1 Pedro 1:13)
En lo que el Señor regresa hagamos la tarea que nos encomendó y no durmamos como aquellos que no tienen esperanza.