Lectura: Jeremías 6:16 Pastora Belkis Fernández
Dice el Señor a su pueblo a través del profeta Jeremías que se detenga en los en los caminos. Para algunos teólogos, Dios se refiere a una ilustración de viajeros perdidos que no sabían por dónde andar y que se detenían a preguntar, cuál era el camino correcto. ¿Qué sucede cuando hacemos oídos sordos? El pueblo era desobediente y a pesar del desprecio, el Señor les daba continuamente instrucciones para que reencaminaran sus pasos.
¿A qué se refiere la Escritura cuando habla de las Sendas Antiguas? Se refiere a la forma en que nuestros antepasados conocieron y tuvieron comunión con el Señor, a las experiencias de generaciones anteriores los cuales mantuvieron lealtad a la Palabra del Señor y compromiso con su pueblo. El Señor nos manda hacer el siguiente ejercicio:
Párate: No corras a la velocidad de los demás. ¿Detente, si no te detienes, a dónde vas a terminar?
Mira: Aplica la observación, usa tus ojos espirituales para que no te vayas detrás de la lujuria, la vanidad de la vida, pues todo esto termina mal.
Pregunta: No es cualquier pregunta, es acerca de las sendas antiguas, las experiencias de hombres y mujeres. Hay fatigas en el camino, escucha y obedece la Palabra.
Anda: Aprecia la Palabra de Dios y muéstrala con tus hechos
El resultado está en aprender de Jesús, de su humildad y encontrarás descanso en este viaje que tenemos aquí en la tierra. El creyente no vive de caprichos y antojos, sino en comportarse como Jesús, No te lleves de lo nuevo ni de las apariencias, pregunta por las sendas antiguas y vive en su Palabra porque hay caminos que parecen buenos y rectos, pero su fin es muerte.