Lectura: Juan 11:25-26
Pastora Belkis Fernández
El fundamento de la fe cristiana evangélica se encuentra en la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Martha estaba desesperada y Jesús le dijo, “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque este muerto, vivirá…”. Una respuesta contundente, en un momento donde su hermano Lázaro ya tenía tres días de muerto. Jesús continúa trayendo vida y también levanta a personas que están muertas en vida y otros en sus delitos y pecados.
El apóstol Pablo dijo, “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” El evangelio de Jesús es la única salida que el ser humano tiene para poder escapar de la condenación eterna. La resurrección de Lázaro tuvo un impacto local, pero la resurrección de Cristo global y justifica a los creyentes en sus promesas. Rom.4:25 y 2 Cor.5:2.
No hay dudas, ni por qué estar turbados, en un periodo de 40 días el Señor Jesús mostró evidencias de su resurrección. No era una alucinación, ni una imaginación, fue un hecho real y palpable. Desafió a sus discípulos diciéndoles” miren mis manos y mis pies; palpad, un espíritu no tiene carne ni hueso”. Aún tenía las cicatrices de la crucifixión. Lucas 24:39.
Hay evidencias reales, la tumba de Jesús está vacía, Jesús el Hijo de Dios ha resucitado. Se les apareció a las mujeres, a los apóstoles y a muchos creyentes. Hoy te invita a que abras tu corazón y te dice, “La paz sea contigo”, no importa lo inmenso de tus tribulaciones, el prometió una esperanza que no avergüenza; Jesús resucitará a los creyentes que han muerto y los vivos, los arrebatará en una nube y en un abrir y cerrar de ojos.
