Lectura: 2 Timoteo 4:1-8
Pastor Pedro Julio Fernández
En la persona de Timoteo hallamos que Dios asigna tarea que debemos cumplir con mucha urgencia. La predicación del evangelio se debe hacer a tiempo y fuera de tiempo para ganar a cuantas personas podamos para el reino de Dios. Los riesgos de no hacerlo a tiempo es que el mal generalizado de apartar el oído de la verdad y ponerlo en doctrina falsa, alcance primero que nosotros a los oyentes.
Observemos el cuadro de cómo Pablo lo presenta a Timoteo 2 Tim.4:1-2 Claro mandato de hacer el trabajo con mucha paciencia e instrucción para no fallar. 2 Tim.4:3-4 Peligro inminente que se avecina como corriente que arrastra y se lleva de paso a cualquier persona. Antes que llegue ese momento, debemos redargüir, reprender, exhortar con mucha paciencia e instrucción. 2 Tim.4:5-6 Ser firme, decidido como bombero a salvar vidas de ese terrible suceso que es apartar el oído de la verdad y ponerlo en fábulas o mitos. Si hay que sufrir por la noble causa del rescate, hay que hacerlo ahora que vemos que personas como Pablo están para el retiro. 2 Tim.4:7 Evidencia que se puede hacer la obra y estar consciente de ella. Pelear la batalla, correr la carrera completa y guardar la fe son la base del éxito personal 2 Tim.4:8 saber la recompensa que vamos a obtener es una palanca que debe mover la acción de hacer la misión. Vale la pena el sacrificio de hacer obra de evangelista y ganar la corona.
He PELEADO la buena batalla, he TERMINADO la carrera, he GUARDADO la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. Es lo que todos deberíamos decir al final de la vida como un mensaje de ánimo, fortaleza y esperanza.