Lectura: Malaquias 1:6-7 Diego Santos
Hoy en día queremos normalizar la maldad, mancillando el pecado. Y en todo esto nos preguntamos, ¿en qué hemos menospreciado tu nombre?
En qué haciendo lo malo queremos ser reconocidos y distinguidos como buenos, así como Caín. La normativa de la vida secular quiere marcar las pautas en que debemos vivir diciéndonos que lo malo es bueno y que lo bueno es malo (Isaías 5:20-25)
Nosotros los cristianos como luz y sal de la tierra debemos vivir como luminarias en este mundo. Sabiendo que Dios es santo y que nosotros debeos ser santos como él es. En Corinto había una iglesia que normaliza lo mal hecho y lo luego se jactaban de eso hasta que Dios le envió una carta con Pablo reprendiendo esta conducta (1 Cor. 5).
El pueblo de Dios en tiempos de Malaquías hacía cosas malas y cuando Dios los redargüía de sus faltas, se justificaban a sí mismo diciéndoles a Dios que en qué ellos habían fallado.
No debemos practicar el pecado y mucho menos justificarlo como normal y agradable ante los ojos de Dios. Las obras de las tinieblas y las obras de la carne deben ser reprendidas vigorosamente por cada uno de nosotros.
Reflexión y exhortación al oyente, en que se cuide del camino de Caín.