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Celebremos a Jesús - Sermón

Lectura: Lucas 2:41-52

Pastora Belkis Fernández


Los ángeles y pastores adoraron a Jesús. ¡El Mesías prometido ha llegado! Hubo testigos tanto masculino como lo fue Simeón y testigo femenino como Ana que afirman que Jesús es el Redentor del mundo. Juan el Bautista va preparando el camino para que la gente se arrepienta de sus pecados y reciban las buenas nuevas.


Crece Jesús en sabiduría, gracia y estatura para con Dios y los hombres. Los doctores de la Ley se sorprenden al ver un niño de doce años con facultades críticas y con tanto discernimiento. ¿Qué observaba la gente de Jesús? Observaron a un ser humano extraordinario, observaron a un hijo de su padre y su madre que rompía los estándares del conocimiento religioso.


Cuando Jesús predicaba en su lugar de crianza en Nazaret la gente se sorprendía de su sabiduría y decía: ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?


La gente sabía que Jesús tenía familia, sabia los nombres de sus padres y los nombres de sus hermanos y hermanas. En Marcos 6:4 Jesús mismo reconoce que tiene familia, parientes y coterráneos. La genealogía de Jesús es una fuerte demostración de su humanidad que traza una línea ascendente desde José y María hasta Adam, hasta Dios.


Siendo un niño de doce años se enfocó en su plan y hubo un momento que se le desapareció por tres días a sus padres, luego lo encontraron en el templo. Jesús se caracterizaba por ser un buen oidor y por hacer preguntas. Interesante, hoy nos enseña aprender a escuchar más y a pesar de todo, era un niño sometido a sus padres.


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