Lectura: 1 Corintios 10:11-12
Pastor Pedro Julio Fernández
El pueblo creyente en Dios es igual en ambos testamentos y en el tiempo actual. Dios no quiere que ignoremos sus bendiciones históricas y presentes. También Dios quiere que tengamos cuidado de no hacer como hicieron los hebreos que libertó de la esclavitud egipcia. Todos se beneficiaron de la pascua, de la apertura del mar Rojo, todos se beneficiaron de la nube de día y de la columna de fuego de noche. Todos comieron del maná, bebieron agua de ala roca y disfrutaron de la presencia del ángel del Señor.
Pero Dios no se agradó de la mayoría de ellos porque dudaron en incredulidad y quedaron tendidos en el desierto imposibilitados de entrar y disfrutar de la tierra prometida. Siendo pueblo escogido por Dios, practicaron la idolatría, la fornicación, la vagancia, la codicia, la murmuración y provocaron a Dios en su misma cara.
Todo lo sucedido a ellos ahora es una lección para nosotros. Y quedó escrito en la Biblia, para que nos sirva de enseñanza a los que vivimos en estos últimos tiempos.
Dios nos dice ahora y hoy, por tanto, temamos, no sea que, permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva, como también a ellos; pero la palabra que ellos oyeron no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que la oyeron. Porque los que hemos creído entramos en ese reposo, tal como Él ha dicho: Como juré en mi ira: «no entrarán en mi reposo”, aunque las obras de Él estaban acabadas desde la fundación del mundo (Hebreos 4:1-3).
Evitemos cometer el error que cometió el pueblo de Dios, miremos esto como un ejemplo de algo que ahora no tenemos que cometer.
