El Arrebatamiento de la Iglesia - Predica
- tefyveg
- 21 sept
- 3 Min. de lectura
Lectura: 1 Tesalonicenses 4:13-18
Pastor Pedro Julio Fernández, D.Min.
La doctrina del arrebatamiento de la iglesia se debe entender desde lo novedoso del caso. Este suceso no altera o modifica en nada el evento de la segunda venida de Cristo. Los primeros escritos de Pablo son las cartas a los tesalonicenses y corintios y en ambas habla del arrebatamiento de los creyentes muertos y vivos como un misterio revelado en ese momento, algo que anteriormente nadie sabía y que no tiene que ver nada con la segunda venida de Cristo.
Todas las señales mencionadas por Daniel (2 y 7) y por Jesús (Mateo 24) para la venida y gobierno de Jesús siguen su curso normal. Donde se abre una nueva oportunidad es en la sentencia divina de que todo hombre morirá (Heb 9:27). En la doctrina del arrebatamiento de la iglesia parte de lo revelado como una gracia de Dios es que no todos vamos a morir, sino a ser transformados (1 Cor 15:51). Este periodo de gracia no anula el decreto divino de que todo hombre muera.
El primer punto es que Dios no quiere que la iglesia sea una ignorante de los eventos del porvenir.
Afirmar la creencia que Jesús murió y resucitó es clave para creer lo demás
El siguiente punto es clarificar el destino de los muertos creyentes que no van a perder la oportunidad de ver a cristo en su retorno como pensaban los tesalonicenses.
Jesus traerá de vuelta a los que murieron en él. Salmo 49:15 David dice Dios redimirá mi vida del sol, porque él me tomará consigo. Job dijo: Yo se que mi redentor vive y el se levantará sobre el polvo. Esto era lo que traia tristeza a la iglesia.
En el arrebatamiento todo inicia por los muertos en Cristo primero y luego con los creyentes que estemos vivos. Ellos al ser resucitados, vuelven a la vida y junto a los que están vivos todos somos transformados para nunca más morir y arrebatados por el Espíritu Santo para encontrarnos con Jesús en las nubes. En la segunda venida visible de Jesús NO HAY ARREBATAMEINTO.
Note que nuestra reunión con él es en los aires, no en la tierra. Aquí se menciona la trompeta de Dios que tiene que ver con el anuncio del arrebatamiento, no de la segunda venida visible y no guarda relación alguna con la séptima trompeta mencionada en Apocalipsis 11. Otra cosa es que Pablo manda a la iglesia a alentarse con esta idea del arrebatamiento, no de la segunda venida. Si no hay arrebatamiento porque la iglesia ha de pasar por la gran tribulación no tiene sentido que nos alentemos unos a otros con algo que no va a ocurrir.
La muerte y la resurrección de Cristo son las garantías de que el traerá (resucitará) a todos los creyentes que murieron. Si nosotros creemos que Jesús murió y resucitó debemos creer también que habrá una resurrección de todos los creyentes muertos. La esperanza es que Cristo venga para reunirnos de nuevo con él y con todos los santos fallecidos. También la venida de Jesús hará que todos los creyentes vivos en todas partes del mundo nos reunamos con él.
Vamos a estar siempre con el Señor y esta promesa es un aliento vital para la iglesia.
1 Corintios 15:50-53NTV: Lo que les digo, amados hermanos, es que nuestros cuerpos físicos no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos que mueren no pueden heredar lo que durará para siempre.
Pero permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados! Sucederá en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final. Pues, cuando suene la trompeta, los que hayan muerto resucitarán para vivir por siempre. Y nosotros, los que estemos vivos, también seremos transformados. Pues nuestros cuerpos mortales tienen que ser transformados en cuerpos que nunca morirán; nuestros cuerpos mortales deben ser transformados en cuerpos inmortales.

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