La Justa Valoración de la Palabra de Dios
Lectura: 2 Timoteo 3:14-17
Pastor Pedro Julio Fernández
Ya sabemos que el salmo 119 es un tributo a la palabra de Dios. De 176 versículos el salmo 119 solo tiene tres que no son sinónimos de la palabra de Dios (90, 122 y 132). Salmo 119:105 revela la naturaleza de la palabra de Dios como lámpara y luz. Alumbra nuestros pies para que sepamos dónde los ponemos y aclara nuestro camino para evitar extravíos. Todo el salmo es un gran homenaje a la soberana palabra de Dios.
Pablo a Timoteo le hace ver la justa valoración que tiene la palabra de Dios en los creyentes. La palabra es inspirada por Dios, él es su fuente, su origen. Dios es el emisor de ella porque ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios. Es una bienaventuranza tener la palabra de Dios entre nosotros.
La Biblia es útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia dando sabiduría para la SALVACIÓN y equipando al hombre de Dios para toda BUENA OBRA.
En primera instancia, la palabra de Dios es suficiente para que los ministros de Dios desempeñen bien sus funciones. También lo es para todo creyente en general que al igual que Esdras la lee, practica y la comparte (Esdras 7:10). La palabra de Dios nos suministra todas las cosas necesarias para la salvación y es la espada del Espíritu.
Hoy recordamos que Martin Lutero se arriesgó la noche del 31 de octubre de 1517 al clavar en la puerta de la catedral de Wittenberg en Alemania sus noventa y cinco propuestas para discutir básicamente la venta de las indulgencias papales. La idea era que al siguiente día 1 de noviembre se leyeran públicamente. Por ese acto heroico se regó como pólvora en todo el mundo que solo Cristo salva mediante solo la Fe a través de la sola Gracia por el poder de la sola Escritura y que todo es solo para la Gloria de Dios y no de ningún hombre.
