Lectura: Lucas 2:25
Pastora Belkis Fernández
Jesús, nació sin protagonismo, ni en cuna de oro, sino al contrario, en un pesebre, rodeado de un ambiente campestre. Muchos esperaban a un líder político que les liberara de los romanos, otros que les resolviera todos sus problemas, y otros esperaban al Redentor (la profetiza Ana y Simeón, Luc.2:38). Isaías, hace un llamado a recibir consolación porque Dios ha perdonado nuestros pecados.
El Dr. Lucas narra que el ángel del Señor se les apareció a campesinos que hacían su trabajo pastoral de rutina. En un momento se asustaron, hasta que escucharon la buena noticia que, en la ciudad de David, había nacido el Salvador, que es Cristo, el Señor.
El nacimiento de Jesús nos hace comprender lo siguiente:
Jesús es revelado como un niño. Isaías 9: 6.7.
Jesús llega sin apariencia ni atractivo. Isaías 53: 2-6.
Jesús trae consolación. (Ejemplos: Adán y Eva, Abraham, Job) Lucas 2:25
Jesús trae esperanza. Romanos 5:5
Nadie puede competir con Cristo. Su nacimiento, su vida, muerte y resurrección han sido evidencias de Dios con Nosotros, Emanuel. Celebremos su presencia a través de su Santo Espíritu, el cual mora en su cuerpo, que es la iglesia. Vivamos en luz y no en tinieblas, apelemos a su gracia, vivamos vidas santas y no olvidemos que la esperanza no avergüenza.
Celebramos su humanidad, apreciando su amor eterno, celebremos perdonándonos unos a otros, así como Cristo nos perdonó.
