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La Ley y la Gracia - Sermón

Lectura: Juan 1:17-18

Pastor Pedro Julio Fernández


La ley fue dada por Dios a través de Moisés, un siervo fiel en todo lo que Dios le ordenó. La gracia Dios la dio por medio de Jesucristo (amor inagotable y fidelidad) Hebreos 3:5-6.


La ley fue dada para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina (1 Timoteo 1:9-10).


La ley es una demanda de la justicia de Dios. La ley está diseñada como un medio para demostrar la injusticia del hombre y la necesidad de Jesucristo como Salvador. Pablo, en Gálatas 3:23-25 presenta la ley como un esclavo. Ayo (gr. Paidagogós), “el que conduce a niños”. El maestro era designado con el nombre gr. didáskalos, distinguido claramente de paidagogós en los textos seculares griegos. El ayo era generalmente un esclavo de confianza en una familia griega, alguien que tenía la tarea de velar por el cuidado de los niños.


La ley no puede quitar los pecados. Hebreos 10:1-10


La ley de Moisés era sólo una muestra de lo bueno que Dios nos iba a dar, y no lo que en verdad nos daría. Por eso, la ley nunca puede hacer perfectos a los que, cada año, van al santuario a ofrecer a Dios los mismos sacrificios de siempre.


La gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente (Tito 2:11-12). La fe es la única llave que abre la prisión donde el ser humano está prisionero. La gracia cual pedagogo nos educa, entrena e instruye.


Fue Juan el bautista quien muchos años después de promulgada la ley de Dios nos dice que fue dada por Moisés y que la gracia fue dada por medio de Jesucristo. Dios nos dio a conocer sus leyes por medio de Moisés, pero por medio de Jesucristo nos hizo conocer el amor y la verdad. Nadie ha visto a Dios jamás; pero el Hijo único, que está más cerca del Padre, y que es Dios nos ha enseñado cómo es él. Gracias a lo que el Hijo de Dios es, hemos recibido muchas bendiciones.


Aproveche este tiempo de gracia y sálvese de esta perversa generación y líbrese de la ira venidera de Dios.

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