Lectura: Génesis 22:4-5
Pastora Belkis Fernández
Abraham no decide negociar con Dios para evitar sacrificar a su hijo, sino que decide confiar. Sus palabras: “Yo y el muchacho iremos y volveremos” son un acto de pura fe que demuestra que él estaba plenamente convencido de que Dios se lo daría de nuevo.
Abraham había llegado a conocer tanto a Dios que no lo hacía por la periferia ni por lo superficial. Lo conocía en lo alto, profundo, ancho y largo tanto que no titubeó, sino que creyó en la capacidad de Dios de traer un muerto a la vida.
¿Cómo estaba el ambiente de su casa? Era un tiempo de quietud, ya muchos problemas superados. ¿Qué podemos aprender?
Obedece a Dios, aunque parezca irracional y no entiendas. El padre tomó la leña, se la puso a Isaac, tomo el fuego y el cuchillo y los dos marcharon. No entiendo, pero voy a hacer lo que me digas. Gen.22:9-10.
Sigue el mapa, toma el liderazgo. El monte Moriah, lugar donde luego se levantó el templo de Salomón. (2 Cron. 3:1).
Adora a Dios. La palabra adoración de ahí nace. Preparo el altar, puso su hijo atado, tomó el cuchillo para degollarlo. El ángel de Jehová le dio voces, lo detuvo y le dijo no lo hagas, ya conozco que temes a Dios. Adorar es una entrega total no parcial.
El padre que adora le cree a Dios y entrega su totalidad. El Señor le será su proveedor. A espaldas de Abraham estaba el carnero. Dios está trabajando aun sin que veas lo que estas pasando. Solo debes tener seguridad, confianza que el Señor sabe lo que está haciendo. Jehová Jireh.
Entrégale todas tus cargas a Dios, como padre te preocupas por el sustento de tus hijos, el cubrir las necesidades, la seguridad que serán buenos hijos/as. Entregas una adoración genuina, entonces, Dios proveerá, en el monte de Jehová será provisto. La fe de Abraham le fue contada por justicia. (Gen.15:6). Jacob nieto de Abraham tomó el ejemplo de su padre y de su abuelo e hizo voto en Bethel, pidiendo protección y provisión y ofreció dar el diezmo de todo lo que Dios le diera.
