Viernes Santo - Predica
- tefyveg
- 18 abr
- 2 Min. de lectura
Predica: Crucifixión y Muerte Injusta de Jesús
Lectura: Marcos 15:29-34
Pastora Belkis Fernández, D.Min.
A Jesús lo ejecutaron usando uno de los métodos más crueles del imperio romano y era la crucifixión. A Jesús lo vistieron de rey, para simular una falsa coronación. La multitud, los letrados, los lideres religiosos y los soldados se burlaron de él. Le colocaron una corona de espinas, un método inhumano e insensible ante un hombre inocente.
Le dieron a beber un vino mezclado con mirra, pero Jesús no lo tomó. Su nacimiento y su muerte fue desafiante, en su nacimiento le llevaron mirra, como símbolo de su sufrimiento. Los soldados buscaban quizás un forcejeo y provocarle para que tome una acción, buscaban extender su sufrimiento y que haga un espectáculo para que muestre su poder y señorío. Jesús fue llevado como una oveja que va al matadero. Tal como dice Isaías 53:7. Le negociaron su ropa, repartiéndosela bajo su costumbre romanas. Aun así, se mantuvo humilde.
Jesús clamó diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? La ira de Dios, derramada en Jesús, para darnos salvación. Siendo Dios, en ese momento histórico se sintió abandonado y se cumplió el Salmo 22, escrito por David, donde narra que Jesús experimentaría abandono, dolor y mucha tristeza por todo el peso del pecado y porque sabe que el infierno es el castigo que separa al pecador de su Creador.
En Mateo 27:25 todo el pueblo responde: ¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos! el pueblo judío se responsabilizó de la ejecución de Jesús y hasta hoy, es un pueblo donde siempre ha habido guerra y sangre.
El velo del templo se rasgó en dos, la cortina que separaba el lugar santísimo del resto del santuario se abrió. Hoy tenemos acceso a la a presencia de Jesús. El entregó el espíritu y a partir de ese momento la tierra tembló y las rocas se partieron y muchos sepulcros fueron abiertos.
Los soldados quedaron convencidos de la deidad de Jesús, no habían visto en nadie más lo acontecido con Jesús. Ellos expresaron, verdaderamente este era el Hijo de Dios.
Las mujeres jugaron un papel importante, en medio de esa crisis, el escritor del evangelio narra que ellas les seguían y les servían. El doctor Lucas narra que mientras Jesús iba por la vía dolorosa, las mujeres lloraban y lamentaban lo sucedido y volteando su mirada hacia ellas les dijo “No lloren por mí, lloren por ustedes y por sus hijos”. Tengo un buen tiempo que estas palabras hacen eco en mi corazón, al ver que Jesús retrató lo que sucedería en Israel y aun retrata los perfiles de familias presentes. Las madres que gimen y lloran por sus hijos.
Apreciemos su crucifixión, su muerte y entrega, apreciemos su amor genuino y de acompañamiento en esta vida y en la vida venidera. Demos gracias por ese acto de entrega total de Jesús. En Hebreos 10:19-25, dice que hay libertad para poder entrar a la presencia de Jesús y ser parte de un nuevo pacto, de un camino nuevo, vivo, en el cual tenemos acceso gratuito por el pago de su sangre en la cruz del Calvario.

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