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Dios es Nuestro Escudo - Prédica

Lectura: Salmo 3:1-5

Pastora Belkis Fernández, D.Min.


David en su rol de padre había fracasado con su hijo Absalón. Su hijo lo buscaba para matarlo y quitarle el trono. Absalón, se convirtió en su principal enemigo.


¿Cómo podemos dormir cuando estamos con problemas? Solo a través de la confianza en Dios. David sintió protección porque vio a Dios como su escudo, como su gloria y como quien lo redime del problema. El no comprometió su sueño. Él dijo: “Yo me acuesto, y duermo, y vuelvo a despertar porque tú vigilas mi sueño. ¡Qué confianza!


Te acuestas porque tienes un guardia que te protege 24/7. La confianza en Dios lo hizo sentirse protegido. David no se acobardó porque tenía a Jehová como su escudo alrededor de él. En medio del problema decía, “Él es mi gloria el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová y él me respondió. David no contraatacó, no hizo nada, solo se movió del palacio al campo y dejó todo en manos de Dios.


¡Qué maravilloso es vivir bajo su gracia! Dormimos bien sin depender de la medicina, y aun si dependiéramos, el Señor tiene el control de todo. Me imagino a David, saliendo de su palacio, sintiéndose impotente, huyendo de su hijo y el problema agrandándose. El clamó y Jehová le respondió.


Los problemas familiares pueden quitar el sueño y producir ansiedades, depresión, estrés y desajuste en la salud mental. En otra ocasión David pudo decir “Despierto y aún estoy contigo” o tarde y mañana y a mediodía oraré y oirá mi voz. El descanso es saludable.


David termina este salmo pidiendo por una bendición colectiva, y le dice al Señor, ¡Bendice a tu pueblo! ¿Podemos bendecir a los demás, a pesar de nuestros problemas? ¡Sí!


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