¡El Evangelio es Para Todos! - Predica

Lectura: Mateo 20:1-7

Pastora Belkis Fernández, D.Min.

Jesús compara el reino de los cielos con un hacendado que salió de mañana y contrató trabajadores para su viña. El pago fue de un denario, equivalente al salario promedio de un día. Volvió a salir a media mañana, al mediodía y a la medianoche. Al caer la tarde, encontró a otros y les preguntó: «¿Qué hacen aquí, ociosos? Vayan también ustedes a mi viña». Él les pagó a todos el mismo salario. Esto provocó indignación y murmuraciones entre los obreros que trabajaron primero.

Si llegaste ahora, eres un obrero de la undécima hora; si no, ten cuidado de la envidia, de las comparaciones y de no utilizar criterios humanos para evaluar la labor que has desempeñado para el Señor. Es necesario compartir el evangelio porque si la gente supiera que hay alguien que quiere su bienestar y los ama, saldría del lodo en el que se encuentra y caería en los brazos de Jesús. Además, vivirían vidas con propósitos.

Pedro le preguntó a Jesús: «¿Qué va a pasar con este?», refiriéndose a Juan.» El Señor le dijo: “¿Y a ti qué? Tú, sígueme. Jesús no discriminó a nadie; al contrario, todos tuvieron la oportunidad de servirle, entre ellos, un publicano como Mateo, los hijos de Zebedeo, que eran gente empresaria, una mujer de mala reputación como la samaritana, entre otros. Él no engañó a nadie, pero Jesús coloca este ejemplo para hacernos entender que su misericordia no la detendrá nadie, porque trasciende los estándares laborales, pues su amor es genuino y trasciende las leyes humanas. Algunos judíos creyentes no podían entender, la inclusividad de Jesús, de hacer partícipe aun a los gentiles. Dios es igual para todos. Aprovecha la oportunidad, el evangelio es para todos.

Reflexiona sobre las siguientes preguntas: ¿Te molesta que los últimos sean los primeros y reciban el mismo pago? ¿De qué te quejas? ¿Por qué tienes que compararte con otros? ¿En qué te daña que Jesús no usara la lógica humana?

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