Lectura: 1 Reyes 19:11-14
Pastora Belkis Fernández, D.Min.
La depresión, las amenazas, inseguridades y las comparaciones limitan los planes que Dios tiene para tu vida ¿Cómo actuamos ante nuestra impotencia de resolver los problemas?
El profeta Elías mientras escapaba de Jezabel le pidió al Señor que le quitara la vida. Elías dormía, comía un poco y volvía de nuevo a la cama. Él estaba desesperado y angustiado. El Señor tenía sus planes, aun así, le provee alimento, pero él no estaba contento, sino con una fuerte depresión y miedo. Elías fue al mismo lugar donde el Señor trató con Moisés, en el monte Horeb.
Moisés recibió una revelación intensa en el monte Horeb, mientras que con Elías se manifestó de manera apacible y delicada. Elías necesitaba eso y no una manifestación intensa a través del viento, terremoto o fuego.
El Señor se le manifestó a Elías en el silbo apacible y delicado, representado por un ambiente de quietud. El Señor conocía el corazón de Elías y así pudo prepararlo para que comprendiera que había un remanente que no besó a Baal. En Israel había siete mil que no habían doblado sus rodillas ante Baal. Elías recibe instrucciones y Dios estaba haciendo su obra en Israel, pero no a su manera, sino de forma sosegada e imperceptible.
No te escondas, no salga corriendo; mejor levántate y mantente abierto a experiencias que no había tenido antes. Dios continúa haciendo milagros. No te compares con nadie, ni siquiera con tus padres, no juzgues a los demás, concéntrate en hacer lo que Dios te mandó, a obedecerle y a cumplir su propósito en ti. Termina tu carrera con gozo y no te apresures a pensar lo que Dios no está pensando.

Comments