Lectura: 2 Crónicas 7:11-16
Pastora Belkis Fernández
Ir a la iglesia debe producir gozo y agradecimiento porque Dios ha perdonado nuestros pecados. El jovencito Jesús fue al templo y discutió con los sabios de aquel entonces. Jesús se enojó al ver el uso que le daban al templo y aun predijo lo que iba a pasar. Desde el primer templo que construyó Salomón, las reglas eran claras, darle las primicias a Dios y cumplir sus mandamientos. Dios les da la promesa, pero condicionada a su conducta.
En el A.T. a penas podías estar en el patio del templo y ofrecer un animal, hoy nada de esto. Aprovecha la accesibilidad que es para todos, el sacerdocio universal. Trae un sacrificio de alabanza, pues ya no es un animal, sino una confesión abierta para celebrar la vida, muerte y resurrección de Jesús.
¿Qué podemos aprender de este mensaje?
¿A quién le damos culto? 1 Reyes 9:6-7.
Llega al templo a oír la Palabra y no apresures tu boca. Eclesiastés 5:1-2
Eres un servidor del templo o un apagafuegos y que no sabe apreciar al ungido. 2 Samuel 6:11-12 y 2 Samuel 6:16.
Congrégate y adora a Dios de corazón. Que sean tus palabras pocas y no vayas a emitir juicios. Una iglesia es como un hospital, es un cuartel para ayudar y levantar a los que están en batalla. También es un lugar desafiante, vas a encontrar personas que se comportan como trigo y otros como cizaña y pueden traer discordia. Ven con excelencia y no mediocridad, mantén humildad y verás la gloria de Dios.
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