Lectura: Job 7:7-11
Pastora Belkis Fernández, D.Min.
En amargura del alma se encontraba Job. A veces no hay que tener una prueba grande para experimentar que la rutina agobia y más si la persona tiene una enfermedad la cual reduce la calidad de vida. Job estaba viviendo en amargura de espíritu y su queja era en contra de Dios. Al igual que Job, la Escritura narra que Ana la madre de Samuel también vivió momentos de angustia y en amargura de espíritu, aunque por razones distintas.
Job sintió la angustia que experimenta un ser humano cuando está en una prueba constante. El utiliza el afán del trabajo y entiende que el hombre en la tierra tiene que bregar para mantener su sustento. El jornalero trabaja con la esperanza de recibir su recompensa salarial.
Cuando una persona vive en dolor, habla o calla; en este caso Job decidió hablar. Job 7:11. Job le dice al Señor: ¿Por qué me conviertas en una carga de mí mismo? (Job 7:29), ante su triste realidad veía a Dios como injusto porque el problema no se resolvió cuando él quería que se resolviera.
Job compara la prueba de salud que estaba viviendo con tres desafíos:
El afán del trabajo productivo. Job 7:1-2
Los problemas, pruebas y enfermedades. Job 7:4-5
Lo pasajero y corta que es la vida. Job 7:6
¿Cuándo Job resuelve su problema? A partir del capítulo 42, Job tiene un encuentro personal con Dios y confiesa que habló muchas cosas que él no comprendía. El se arrepiente de su actitud quejona y entonces Jehová le quitó la aflicción de Job cuando él hubo orado por sus amigos.
